La semana pasada me pasaron un artículo* bastante interesante donde se analizaba la neurodidáctica y las bases cerebrales del aprendizaje, a parte de comentar que, y cito textualmente «lo neuro está de moda«, comenta que, la dos últimas décadas de estudios en procesos metabólicos y mecanismos de acción de neurotransmisores, han hecho posible transformar nuestras ideas sobre el funcionamiento del cerebro y su relación con el aprendizaje.
Entre los diferentes descubrimientos que citan me llaman la atención la actuación de las neuronas espejo como base del aprendizaje a partir de un modelo, la abundancia de sinapsis neuronales durante los primeros años de vida y como se fijan dichas sinapsis mediante su estimulación y su uso y, por último, como se estructuran las funciones cerebrales en base a su uso y experiencia.
Al continuar con el artículo veo en que no puedo estar más de acuerdo con la necesidad de nuevos métodos docentes que tengan en cuenta las «tags» que arriba vemos: estimulación, experiencia, aprendizaje y, como no, memoria y emociones!!
Me gusta también la afirmación que «los neurólogos no pueden dar consejos sobre contenidos. A ellos les incumbe la optimización del aprendizaje» y aquí me detengo.
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¿cómo se almacena la información en el cerebro? De manera esquemática, la información que llega al sistema límbico se divide en importante/accesorio, deseable/indeseable, agradable/desagradable… lo que permite su almacenamiento en la memoria de experiencias emocionales. Si queremos incorporar nuevas informaciones y fijarlas, deben ir asociadas a emociones, es aquí donde entra el… asesino del gato… la curiosidad!
La adquisición de conocimientos por iniciativa propia puede verse facilitada por una curiosidad guiada por parte del docente, además de ayudarse mediante juegos y una atmósfera distendida.
¿Para qué cuento todo esto? Pues bien, hace un par de semanas, como cada año, llevamos a cabo el programa Formajoven 2010 con 30 adolescentes de diferentes institutos de la provincia de Málaga. Los contenidos de la actividad, basados en el programa de educación para la salud formajoven, iban desde la prevención de trastornos alimentarios hasta la resolución de conflictos pasando por la prevención de ITS o eliminación de comportamientos sexistas. 20h de actividad, que no son pocas para chavales de 14 a 16 años!
¿Satisfacciones? Es alucinante como, pintándose, se interesaron por posibles problemas de espalda, corregir malas posturas y se aprendieron el número de vertebras y las partes que conforman su columna vertebral. Como descubrieron la asertividad y los modelos de comportamiento a la hora de enfrentarse a la resolución de un conflicto jugando al mafia, o, cómo vieron los diferentes roles dentro de un equipo de trabajo con una secuencia de fotografías que ellos mismos hicieron mientras construían!!
¿Por qué digo «satisfacciones«? Porque el sistema funciona, porque creo que hay que fomentar la curiosidad y la experiencia y cada año, esta actividad me recuerda que es posible y nos anima a continuar trabajando de este modo, para adolescentes y mayores, pero siempre, jugando como niños!!
Emilio Solís
Consultor Formación
* «Bases cerebrales del aprendizaje». Ulrich Herrmann. Mente y Cerebro nº 44 (2010)
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